Roma es una ciudad que nunca deja de sorprenderme. Cada calle, cada esquina y cada plaza tiene su propia historia, y las fuentes barrocas son algunas de las narradoras más cautivadoras. Estas maravillas de agua no son solo fuentes de refresco, sino también monumentos de arte e historia, cada una con su propio encanto y relato único. Permíteme llevarte en un viaje a través de algunas de las fuentes barrocas más exquisitas de Roma.
Fontana della Barcaccia
Ubicada al pie de la Plaza de España en la bulliciosa Piazza di Spagna, la Fontana della Barcaccia es una verdadera obra maestra. Diseñada por Pietro Bernini y su famoso hijo, Gian Lorenzo Bernini, esta fuente data de 1627-1629. El nombre “Barcaccia” se traduce como “barco viejo”, y eso es exactamente lo que parece: un barco hundiéndose. Hay una leyenda que dice que el río Tíber se desbordó aquí, dejando un pequeño barco varado en la plaza. Esto inspiró a los Bernini a crear este diseño único. La fuente está adornada con el escudo de armas de la familia Barberini, que presenta abejas y un sol, símbolos de prosperidad y poder. Este lugar es perfecto para un descanso tranquilo después de subir las escaleras de la Plaza de España, permitiéndote sumergirte en la vibrante atmósfera de una de las plazas más famosas de Roma.
Fontana dell’Acqua Paola
Si te diriges a la colina del Janículo, encontrarás la Fontana dell’Acqua Paola, también conocida como “Il Fontanone” o “La Gran Fuente”. Construida en 1612 para celebrar la restauración del antiguo acueducto Aqua Traiana, esta fuente es un testimonio de la ambición y amor por las fuentes de agua del Papa Paulo V. La fuente es grandiosa, con una amplia fachada adornada con columnas e inscripciones que honran al Papa. El agua brota de cinco grandes arcos hacia un espacioso estanque, creando una sinfonía de salpicaduras que se pueden escuchar a distancia. La vista desde aquí es impresionante, ofreciendo una vista panorámica de Roma que bien vale la pena la subida. Esta fuente no solo es un deleite visual, sino también auditivo, lo que la convierte en un lugar perfecto para un momento de reflexión tranquila.
Fontana di Trevi
Ninguna guía de las fuentes de Roma estaría completa sin mencionar la Fontana di Trevi. Esta icónica fuente es quizás la más famosa del mundo, gracias a su majestuosa presencia y las leyendas que la rodean. Completada en 1762 por Nicola Salvi y Giuseppe Pannini, la Fuente de Trevi es un impresionante ejemplo de la maestría barroca. La figura central es Neptuno, el dios del mar, montando un carro tirado por dos caballos marinos, cada uno con un temperamento diferente: uno calmado y el otro inquieto. La leyenda dice que si tiras una moneda sobre tu hombro izquierdo en la fuente, asegurarás tu regreso a Roma. Esta tradición hace de la Fuente de Trevi uno de los lugares más románticos de la ciudad, y es particularmente encantadora por la noche, cuando está bellamente iluminada.
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Fontana dei Quattro Fiumi
En el corazón de Piazza Navona, encontrarás la Fontana dei Quattro Fiumi, o la Fuente de los Cuatro Ríos. Diseñada por Gian Lorenzo Bernini en 1651, esta fuente es un verdadero espectáculo de la ingeniosidad barroca. Presenta a cuatro dioses fluviales, cada uno representando un río importante de diferentes continentes: el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata. Cada figura está rodeada de animales y plantas nativas de sus respectivas regiones, creando una vívida representación de la diversidad del mundo. En el centro de la fuente se alza un imponente obelisco, que añade grandeza a la escena. Los intrincados detalles y la dinámica composición de la fuente la convierten en una visita obligada, especialmente cuando la plaza está llena de vida y actividad.
Fontana del Moro
También ubicada en Piazza Navona, la Fontana del Moro es otra joya de Bernini. Originalmente diseñada por Giacomo della Porta en 1575, Bernini añadió la figura central—un hombre africano, o “Moro”, luchando con un delfín—en 1654. Los tritones y conchas circundantes también fueron parte de las adiciones de Bernini, realzando el carácter dinámico y juguetón de la fuente. El rostro expresivo del Moro y su postura poderosa son cautivadores, haciendo de esta fuente un estudio encantador de la emoción y el movimiento humano. Es un lugar fantástico para sentarse y observar a la gente mientras disfrutas del arte de una de las plazas más pintorescas de Roma.
Fontana del Nettuno
En el extremo norte de Piazza Navona, encontrarás la Fontana del Nettuno, o Fuente de Neptuno. Esta fuente también fue diseñada por Giacomo della Porta en 1574, pero permaneció incompleta durante siglos. No fue hasta 1878 que Antonio Della Bitta añadió la figura central de Neptuno luchando contra un pulpo, junto con varias criaturas marinas esculpidas por Gregorio Zappalà. La composición dinámica y los intrincados detalles de la fuente la convierten en una característica destacada de la plaza. La feroz expresión de Neptuno y el movimiento giratorio de las figuras circundantes crean una sensación de drama y energía, lo que la convierte en una favorita entre visitantes y locales por igual.
Fontana delle Tartarughe
Escondida en la encantadora Piazza Mattei, la Fontana delle Tartarughe, o Fuente de las Tortugas, es un tesoro oculto. Diseñada por Giacomo della Porta y Taddeo Landini entre 1581 y 1588, esta fuente es un delicioso ejemplo de elegancia renacentista. La cuenca central está sostenida por cuatro jóvenes de bronce que parecen estar levantando delfines, mientras pequeñas tortugas trepan por el borde de la cuenca superior. Las tortugas fueron añadidas por Bernini durante una restauración en la década de 1650, dando nombre a la fuente. El delicado equilibrio y la naturaleza juguetona del diseño la convierten en un lugar encantador e íntimo, perfecto para un momento tranquilo lejos del bullicio de la ciudad.
Fontana del Tritone
Nuestra última parada es la Fontana del Tritone, ubicada en Piazza Barberini. Diseñada por Gian Lorenzo Bernini en 1642-1643, esta fuente es un impresionante ejemplo de la extravagancia barroca. Presenta a Tritón, el dios del mar, soplando una caracola mientras se arrodilla sobre una concha gigante sostenida por cuatro delfines. El agua brota dramáticamente de la caracola, creando una escena animada y dinámica. La fuente fue encargada por el Papa Urbano VIII y lleva el escudo de la familia Barberini, con sus distintivas abejas y soles. La Fontana del Tritone es un testimonio del genio de Bernini y de la grandeza del período barroco, lo que la convierte en una visita obligada para cualquier persona interesada en el arte y la historia.
Las fuentes barrocas de Roma son más que hermosas características acuáticas; son ventanas a la rica historia y patrimonio artístico de la ciudad. Cada fuente cuenta una historia, ofreciendo un vistazo al pasado mientras proporciona un refrescante respiro en el presente. Ya seas un aficionado a la historia, un amante del arte o simplemente alguien que aprecia la belleza del agua en movimiento, estas fuentes seguramente dejarán una impresión duradera. Así que toma un mapa, ponte los zapatos para caminar y sal a explorar estas increíbles maravillas acuáticas. No te decepcionarán.