Roma no es tan reconocida por sus desayunos como lo es por sus pizzas, pasta y, por supuesto, gelato. ¡Pero no temas! Esto no significa que un desayuno tradicional en Roma no valga la pena. Al contrario, hay muchas delicias clásicas que son esenciales para la experiencia de comenzar el día en Roma.
¿Cómo es un desayuno típico en Roma?
Un desayuno típico en Roma suele ser un asunto rápido, disfrutado en casa o en un café (en el bar). Un desayuno casero a menudo consiste en café exprés, leche y un alimento a base de carbohidratos como pan, mermelada y mantequilla, galletas o galettes. El desayuno en el bar, por otro lado, suele constar de café, acompañado de un dulce o repostería a base de carbohidratos, como un cornetto, bomba, ciambella o maritozzo – ¡quizás el más icónico de los alimentos básicos del desayuno romano!
Pero primero… ¡caffè!
Esta aventura gastronómica matutina comienza con café, la piedra angular esencial de un desayuno romano. La diversidad de pedidos de café en un bar italiano puede ser asombrosa. Escucharás de todo, desde “caffè” hasta “caffè lungo”, “caffè macchiato”, y variantes de mezclas de leche y café, cada pedido es tan único como la huella digital de una persona. Pero no temas, incluso si no eres un cafetero experto, aún puedes pedir un excelente café en Roma. Ten en cuenta estos términos esenciales:
- Caffè: el término italiano para un espresso simple.
- Caffè Macchiato: Espresso con un chorrito de leche caliente.
- Cappuccino: Una mezcla conocida de espresso, leche al vapor y espuma, a menudo disfrutada en el desayuno pero aceptable en cualquier momento.
- Latte Macchiato: Un vaso grande de leche con un shot de espresso.
- Caffè Lungo: Espresso hecho con un poco más de agua, pero no tan diluido como un Americano.
El Arte de Pedir Café en Roma
Para un forastero, pedir café en Roma podría parecer una tarea complicada. Pero una vez que comprendes la cultura del café italiano, es sorprendentemente sencillo. Solo necesitas saber qué pedir:
- ‘Un caffè, per favore‘ – un espresso
- ‘Caffè macchiato’ – espresso con una gota de leche caliente
- ‘Caffè lungo’ – espresso con un poco más de agua caliente
- ‘Cappuccino’ – un espresso clásico con leche caliente y espuma. A pesar de los rumores, no hay ninguna regla encontra de pedir un cappuccino después de las 11 am.
- ‘Latte macchiato’ – un vaso grande de leche con un shot de espresso.
- ‘Americano in tazza grande’ – café al estilo americano en una taza grande.
¡Ahora estás listo para pedir café como un local en Roma!
Las delicias horneadas de un desayuno romano
A continuación, nos sumergimos en las delicias horneadas de un desayuno romano. Cornetto, que se parece un poco a un croissant, es una parte integral del desayuno romano. Este dulce de repostería puede ser simple (“cornetto semplice”) o relleno de crema, chocolate o mermelada (“cornetto ripieno”). Con el tiempo, la variedad de pasteles ha aumentado, ofreciendo una gran cantidad de opciones, desde “saccottini” (que se parece al pain au chocolat) hasta “ventagli” y “tortine.”
Se debe hacer una mención especial al “maritozzo”, una firma de repostería para el desayuno en Roma, único en la ciudad. Este panecillo relleno de nata montada puede ser un comienzo celestial para tu mañana. Otros dulces deliciosos incluyen “bomba”, una masa frita rellena de crema o mermelada, y “ciambella”, una rosquilla sin relleno.
Si los dulces no son lo tuyo, también hay opciones saladas disponibles. Puedes encontrar “tramezzini” (pequeños sándwiches con varios rellenos) o variantes de pizza para saciar tu apetito. Si anhelas un desayuno completo al estilo americano, es posible que debas buscar un lugar especializado en brunchs.
Recuerda, el desayuno en Roma no es solo algo acerca de la comida y la bebida: es una experiencia cultural, una forma de vida. Así que, ya sea que estés saboreando un espresso recién hecho en un bar romano local o recreando un desayuno italiano en casa, tómate el tiempo para disfrutarlo. Saborea cada sorbo, cada bocado, y aprecia el amor y la maestría que se pone en esta comida sencilla pero profundamente satisfactoria. Disfruta de las conversaciones y el bullicio del entorno, o de los momentos tranquilos con tu lectura matutina. Después de todo, como dicen los romanos, “La dolce far niente” – la dulzura de no hacer nada.